DECIDE POR EL PECADO O POR CRISTO

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La Palabra de Dios nos muestra una y otra vez que Dios es un Dios lleno de amor, de misericordia y bondad.

Juan 3:16 Nos recuerda que Dios nos ama tanto, de tal manera que su amor le motivó a enviar a Cristo, su Hijo para morir en nuestro lugar y para que creyendo en Él seamos salvados de la condenación.

* Juan 3:17  Nos recuerda que Cristo no vino para condenar, sino para salvar.

* 2 Pedro 3:9 Nos muestra que Dios es paciente para con nosotros, y que no desea que nadie perezca, muera o sea condenado, sino que todos puedan proceder al arrepentimiento.

* Lamentaciones 3:22  Nos dice que nunca decayeron sus misericordias.

* Hebreo 4:16 nos dice que podemos entrar confiadamente delante de Dios para alcanzar misericordia, para hallar gracia, favor en el momento de la prueba.

Una y otra vez podemos ver a lo largo de la Biblia quien es Dios, qué es lo que Dios desea de nosotros y hacia nosotros. Sus propósitos, su plan y podemos ver a un Dios cercano, paciente, amoroso, misericordioso.

Un Dios que promete proveer para todas nuestras necesidades como dice en Filipenses 4:19  Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Un Dios que promete que absolutamente nada nos podrá separar de su amor manifestado a través de Cristo como dice Rom 8:39

Un Dios que nos amó cuando éramos pecadores. Sí, Dios ama a todo hombre y mujer aún cuando sabe que hemos fallado, que hemos mentido, robado, adulterado, codiciado, etc. Dios nos ama como dice Ro 5:8

Un Dios que según 1 Co 2:9 tiene cosas preparadas para los que le aman que aún nadie ha visto, nadie ha oído ni ha pensado.

Un Dios que nos dio al Espíritu Santo para estar con nosotros las 24 h de cada día por el resto de nuestra vida para fortalecernos, consolarnos, hablarnos, sanarnos, para revelarnos más y más el amor de Cristo, para usarnos de manera maravillosa y poderosa. Para darnos la seguridad de que cumplirá cada una de sus promesas  como dice Ef 1:13-14; 1 Co 2:12; 1Co 3:16; 6:19, etc.

Podríamos mencionar como Dios nos ha dado victoria sobre el pecado, sobre demonios, sobre la muerte como dice Col 2:14-15; 1Co 15:54

Podríamos citar promesas como el Salmo 23 y citar, memorizar y declarar que El Señor es nuestro pastor, que nada nos faltará, que estará con nosotros aún cuando andemos por valles de sombra y de muerte.

Podríamos apropiarnos de Promesas como la que menciona Isaías 43:2  Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

Por supuesto que todas las promesas de Dios son en Cristo sí y en Él amén como dice 2Co 1:20

En la Biblia podrías encontrar más de 3000 promesas para ti si confías en Cristo, de hecho, algunos dicen que hay unas 3565 promesas.

Posiblemente hayamos citado en alguna ocasión promesas como las de Jeremías 29:11 porque yo se los planes que tengo acerca de ti, planes de bien y no de mal para daros el fin que esperáis.

Podemos citar y apropiarnos de promesas como las de Mt 11:29 donde Jesús mismo nos asegura que podemos hallar descanso para nuestras almas y que su yugo será fácil y ligera su carga.

Podríamos venir delante de Dios y echar ante Él toda nuestra ansiedad con la seguridad de que Él tiene cuidado de nosotros como dice 1P 5:7

Y podríamos recordar con gozo y esperanza lo que Cristo ha preparado para quienes lo aman según vemos en Ap 21:14  donde dice que Dios enjugará toda lágrima de nuestros ojos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor.

Y así podríamos citar cada una de las más de 3000 promesas que la Biblia registra para ti y para mí si confiamos en Cristo.

¡¡Guau!! Qué grande es Dios, qué amoroso, misericordioso, fiel es nuestro Dios.

Pero también es mi deseo recordarte que en el mismo pasaje donde nos dice Juan que Dios enjugará nuestras lágrimas y se llevará nuestro dolor, también dice que habrá una condenación, un lago de fuego y azufre para quienes fueron cobardes, incrédulos abominables, homicidas, fornicarios, hechiceros, idólatras, mentirosos.

Jesús sanó al paralítico del estanque de Betesda (Jn 5), y no acusó a la mujer sorprendida en adulterio (Jn 8), pero a ambas personas les exhortó: “Vete, y no peques más”.

Si decimos confiar en Cristo, tenemos que abandonar nuestros pecados, morir al pecado como Pablo nos anima en Ro 6. No podemos simplemente confesar que somos salvos por la gracia o por la fe, porque una fe sin obras es una fe muerta dice Santiago 2:17

Queremos ser salvados, perdonados, sanados, e incluso usados por Dios pero permaneciendo en pecados por los cuales murió el Hijo de Dios.

Queremos la bendición de Dios para nuestra vida, nuestros hogares, nuestros negocios, pero abrazamos aquello que produce maldición, que mata, que condena y nos separa de Dios.

La Paga del pecado es muerte, la consecuencia, el fruto del pecado es condenación, separación de Dios (Ro 3:23 y 6:23), y no es Dios quien desea esto y quien lo produce, sino nuestro propio pecado.

Romanos 1:18 al 32 nos muestra toda una serie de actitudes, pecados que caracterizan a personas que no conocen a Dios, que no disfrutarán de ninguna de las promesas de Dios no porque Dios no desee bendecirles, sino porque perseveraron en su pecado:

– Los versos 29 al 32 de Ro 1 dice que estas personas están atestadas de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad, llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños, malignidades, murmuración, injurias, soberbia, altivez, desobediencia a los padres, necedad, deslealtad, sin afecto natural ,implacables sin misericordia.

Personas que dice Pablo, han entendido el juicio de Dios, saben que habrá un juicio y que los que practican tales cosas son dignos de muerte.

Pablo lo vuelve a mencionar a la Iglesia en Éfeso cuando dice que con toda seguridad nadie que sea avaro, idólatra, inmoral, impuro tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con argumentaciones vanas, porque por esto viene el castigo de Dios sobre los que viven en desobediencia. Así que n se hagan cómplices de ellos. Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz. El fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad y comprueben lo que agrada al Señor.

Una y otra vez la Biblia nos recuerda no sólo sus promesas sino también sus advertencias para todos aquellos que quieren disfrutar de su bondad, misericordia, amor, pero continuando viviendo como vive quien no conoce a Cristo.

Gálatas 5:19-21 nos dice que hay unas obras que se manifiestan en inmoralidad sexual, impureza, libertinaje, idolatría, brujería, odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas parecidas. Y Pablo nos dice: “Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”.

Una y otra vez la Biblia nos advierte que nuestro pecado nos condenará. Cristo no ha venido a condenar según Jn 3:17 pero no es Él quien nos condenará, sino nuestro propio pecado.

Es el pecado el que no acusará delante de Dios. No podemos simplemente esperar que Dios se apiade de nosotros y sencillamente nos perdone. Debemos pedir perdón, arrepentirnos, abandonar nuestro pecado y la Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1Jn 1:9).

Cristo fue presentado como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1:29), pero nosotros queremos persistir en ese pecado. ¿Quieres o no quieres que Cristo quite tu pecado? Si quieres que Cristo quite tu pecado, tienes que estar dispuesto a abandonar ese pecado, a pedir a Dios por misericordia, por ayuda, y Él vendrá y quitará ese pecado.

Pero si usted no está dispuesto a abandonar el pecado, Cristo no le quitará nada que usted no le quiera entregar.

Nos llamamos pueblo de Dios, cristianos, hijos e hijas de Dios, citamos la Biblia de memoria, vamos a la Iglesia y algunos adoran al Señor, le ofrecen ofrendas, alabanzas y esperan ser bendecidos aún sabiendo que están fornicando, mintiendo, guardando en sus corazones chisme, crítica, envidia, celos, malos pensamientos, avaricia, etc.

Otros van a la iglesia y simplemente no pueden adorar, no alaban a Dios, no se comprometen con el servicio a Dios, no responden a la Palabra, no se bautizan o no celebran la Santa Cena porque saben que están practicando el pecado.

Deje de claudicar en su corazón como hacía el pueblo de Israel en tiempos de Elías (1R 18:21). Si quiere el mundo, el pecado, la fornicación, vivir a su manera y como le de la gana, ¡¡Adelante!! Sigua la corriente del mundo, siga al Príncipe de la Potestad del aire, al diablo. O tome la decisión de seguir a Cristo, de abandonar el pecado, de abandonar todo aquello que le impide adorar, servir y comprometerse con Cristo.

Jn 10:10 dice Jesús que ÉL ha venido para darle Vida abundante, pero difícilmente podrá experimentar esa vida si continúa practica el pecado.

Tiene que tomar la decisión de ser Frio o Caliente, de estar con Cristo y dejar que ÉL quite su pecado o de estar con el Pecado y dejar que ese pecado le separe de Cristo. Pero si sigue llamándose cristiano, yendo a la iglesia, identificándose con Cristo sin abandonar el pecado, usted es una persona TIBIA y ya sabe lo que ocurrirá con los tibios según Ap 3:16

CONCLUSIÓN

2Pe 1:3  Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. 4 Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina. 5 Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; 6 al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; 7 a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, les harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos. 9 En cambio, el que no las tiene es tan corto de vista que ya ni ve, y se olvida de que ha sido limpiado de sus antiguos pecados. 10 Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, 11 y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 12 Por eso siempre les recordaré estas cosas, por más que las sepan y estén afianzados en la verdad que ahora tienen. 13 Además, considero que tengo la obligación de refrescarles la memoria mientras viva en esta habitación pasajera que es mi cuerpo; 14 porque sé que dentro de poco tendré que abandonarlo, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo. 15 También me esforzaré con empeño para que aun después de mi partida ustedes puedan recordar estas cosas en todo tiempo.

Rom 2:4 ¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado? 5 Pero eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado, por eso vas acumulando un castigo terrible para ti mismo. Pues se acerca el día de la ira, en el cual se manifestará el justo juicio de Dios.

Dios te ama, envió a Cristo por ti, para liberarte, sanarte, salvarte, quitar tu pecado. No vale la pena vivir haciendo lo que a Dios no le agrada por unos pocos años y pasar una eternidad separados de Él.

Si vas a la iglesia, si te consideras cristiano: Abandona de una vez tu pecado, toma decisiones y sé libre para adorar a Dios, servirle, comprometerte.

Si no eres cristiano: Arrepiéntete, confiesa tu pecado a Cristo, pídele que te limpie, que te haga un Hijo/a de Dios, que te haga libre y Él te dará la vida eterna, al Espíritu Santo el cual te ayudará a no involucrarte con el pecado.

No más claudicar en dos pensamientos, no más tibieza, SE FRIO O SE CALIENTE, PERO TOMA UNA DECISIÓN, DE HECHO, YA LA ESTÁS TOMANDO, OJALÁ SEA PARA VIDA ETERNA Y NO PARA C ONDENACIÓN.

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