CUANDO DIOS SE AUSENTA (Pastor Rafa Boix)

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Oseas 5:15  Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán. 6:1Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. 2  Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él. 3  Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra. 

Contexto histórico:

Oseas: el nombre se deriva de una palabra hebrea que significa “auxilio o salvación”- hijo de Beeri, fue el primero de los Profetas Menores, y el último profeta del Israel del Norte. Predicó en el reino del norte (Israel, también llamado «Efraín») durante un período de declinación nacional. Su profecía se produce poco después de Amós, hacia fines del reinado de Jeroboam II (c. 786-746 A.C.) Fue un tiempo de gran prosperidad. Pero la nación se podría internamente y se involucraba en alianzas extrañas en lugar de confiar en que Dios los guiaría y protegería. Trabajó en pro de la unidad nacional, se opuso a las alianzas con extranjeros, y exigió una justa administración pública. Era un hombre sensible y tierno, que anhelaba el amor y el compañerismo.

Oseas 1-3 narra la historia de su matrimonio con Gomer y el adulterio de ésta. Esta historia nos ayuda a comprender lo que Dios siente respecto al infiel Israel. Oseas profetizó contra el pueblo de Israel, al que reprendió y amenazó por su idolatría y maldad. Fervientemente les rogaba arrepentirse como único medio de evitar los males que sobre la nación se cernían. Oseas revela lo dispuesto que está Dios a perdonar y su gran anhelo de salvar a su pueblo.

En el pasaje que hoy vamos a ver, descubriremos tres cosas importantes que Dios desea transmitirnos a nosotros, su Iglesia Manantial de Vida en Cuenca:

  1. Oseas 5:15 Dios se retira con el doble propósito de que 1) Reconozcamos nuestro pecado, nuestra necesidad de Él, y 2) con el propósito de que le busquemos desesperadamente.
  2. Oseas 6:1-2 Un llamado a volver al Señor con los beneficios que eso conlleva.
  3. Oseas 6:3 Un llamado a conocerle.

Oseas 5:15  Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.

NTV: Entonces regresaré a mi lugar, hasta que reconozcan su culpa y se vuelvan a mí. Pues tan pronto lleguen las dificultades, me buscarán de todo corazón».  

NVI: Volveré luego a mi morada, hasta que reconozcan su culpa. Buscarán ganarse mi favor; angustiados, me buscarán con ansias.»

“Andaré y volveré a mi lugar…”

El profeta Oseas, para transmitir esta acción de Dios de andar y volver a mi lugar… está usando la palabra hebrea jalák, que tiene un gran sentido de aplicaciones, entre su amplio significado hablad de alejarse, de apartarse, de desaparecer.

Y también está usando la palabra shub, que significa volverse, alejarse, retirarse. El significado básico es volver al punto de partida, regresar por un camino ya transitado, retroceder, volver atrás.

Así que básicamente lo que Dios estaba diciendo a Israel por medio del profeta Oseas es que se iba a retirar, que se iba a alejar de Israel, a aparentemente desaparecer.

Jesús prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt 28:20) y Dios no es hombre para que mienta… (Núm 23:19). No está en el corazón de Jesús, de Dios el alejarse de nosotros, en retirar su presencia de nuestra vida, de nuestro hogar, de su iglesia. Pero son varias las razones por las que esto podría parecer que estuviera ocurriendo:

  • El Pecado: Isaías 59:2, son nuestros pecados los que hacen separación entre Dios y nosotros.

No fue la espada encendida, ni el ángel en la puerta del Édén lo que separaba a Adán y Eva de Dios, sino el pecado.

En muchas ocasiones el pecado de nuestro corazón nos ha llevado a un estado donde parece que Dios se ha retirado, se ha escondido, ha vuelto a su lugar y no podemos encontrarlo.

  • El Trato de Dios: No necesariamente tiene que ser el pecado el causante de que sintamos, experimentemos esa aparente soledad de Dios. El mismo libro de Oseas declara en 2:14 Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.

Recuerden que fue el Espíritu Santo quien llevó a Jesús al desierto para ser tentado por satanás utilizando la palabra gr peirazo que también se traduce como probar. (Mt 4:1).

Mt 8:24 nos relata que un momento difícil para los discípulos cuando atravesaban una de las peores tormentas, Jesús dormía. Estaba ausente de esa situación (aparentemente) para luego despertar y reprenderlos por su falta de fe. Se ausentó para probarlos.

Lo mismo ocurrió en Mt 14:26 donde Jesús se ausentó, esta vez sí físicamente para luego encontrar a los discípulos atravesando una tempestad. Estaba probándolos.

Lc 24:28 nos dice que Jesús hizo como que iba más lejos, como que pasaba de largo para probar la actitud, la acción de los discípulos.

¿No fue acaso una dura prueba la ausencia de Jesús durante la enfermedad de Lázaro? ¿Acaso no sintieron Marta y María que Jesús les había defraudado al no estar presente, al no actuar, al estar ausente en los momentos que más le necesitaban? Jesús estaba a 3 kilómetros, pero se ausentó de la situación, del hogar de Marta y María entre otras cosas, para probar lo que había en sus corazones.

¿No tuvo que ser difícil para Jairo que Jesús se ausentara de esa conversación inicial? Jairo se postró a los pies de Jesús rogándole mucho y diciéndole ¡¡¡Mi hija está agonizando!!! Mr 5:22-23 (énfasis añadido).

¿No era suficiente importante esta situación? ¿Qué pasaría por la mente de Jairo cuando Jesús se detiene, se ausenta de esta urgente necesidad para tratar con una mujer inmunda que había sido sanada? ¿Cómo se sentiría Jairo cuando le vienen con la noticia de que ya su hija murió?

Dios le está diciendo a Israel por medio de Oseas: Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.

Sí queridos hermanos, Dios en ocasiones parece retirarse, dormir, estar ausente de nuestras oraciones, de nuestras actividades y en el peor de los casos podría ser por nuestro propio pecado y lo único que desea es que reconozcamos nuestro pecado y busquemos su rostro en desesperación.

Y busquen mi rostro: bacash: palabra que nos habla de afanarse por buscarle, desear, inquirir, investigar, rogar, suplicar, restaurar.

Sea que hayamos pecado o sea que estemos siendo tratados, probados por Él, su aparente ausencia, el silencio de Dios en nuestras oraciones, en nuestras actividades como persona y como Iglesia es un llamado de Dios para que le busquemos, para que nos afanemos en buscarle, para que lo deseemos, que roguemos por Él, supliquemos por Él, por su presencia, que busquemos la restauración de nuestra relación con Él y nuestra propia restauración como hijos suyos y como Cuerpo, como Iglesia.

En su angustia me buscarán: La angustia de la que habla se traduce del verbo hebreo Tsar:  En Pr 24:10 se traduce como escasez o la angustia que esta escasez ocasiona.

¿Y no debería llevarnos la escasez de su presencia a buscarlo más ansiosamente? Pues este era el propósito de Dios para su pueblo Israel en tiempos de Oseas, y sigue siendo el propósito de Dios para ti y para mi Iglesia.

En su angustia, en su escasez, en su aflicción… me buscarán: La búsqueda de la que aquí habla no es igual a la anterior. Aquí  habla de una búsqueda temprana, de no esperar.

Iglesia, hermanos, Dios nos está diciendo hoy: Que la ausencia de su presencia, el hecho de que no veamos a Dios, que no lleguemos a experimentarlo como quisieramos es porque Él ha tomado la decisión de ausentarse, de hacerse a un lado, de volver a su lugar con el propósito de que si hemos pecado, nos arrepintamos, pidamos perdón, reconozcamos nuestra condición. Y usted dirá: ¡¡No hemos pecado!! ¿En qué hemos pecado?

Principalmente hemos pecado en que no le hemos buscado como Él merece ser buscado, no le hemos buscado como necesitamos buscarle, con desesperación, con ansias, con afán, con pasión, con urgencia. Hemos ido postergando esto día tras día, semana tras semana, mes tras mes hasta finalizar todo este año 2018 y Dios nos está diciendo: Me he retirado, he vuelto a mi lugar para que reconozcan su pecado, para que sientan mi ausencia y en esa angustia me busquen, como dice la NTV de todo corazón o como dice la NVI me busquen con ansias.

No podemos postergarlo más. Es tiempo de buscar a Dios porque Dios mismo promete Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé.  Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón.  Jeremías 29:12-13

V.14 Me dejaré encontrar —afirma el SEÑOR—

El Primer llamado es a buscarle; el Segundo llamado es a Volvernos a Él y disfrutar de los beneficios que eso conlleva.

Oseas 6:1-2 Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. 2  Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.

NVI: ¡Vengan, volvámonos al SEÑOR! Él nos ha despedazado, pero nos sanará; nos ha herido, pero nos vendará. 2  Después de dos días nos dará vida; al tercer día nos levantará, y así viviremos en su presencia.  

NTV: Dentro de poco tiempo él nos restaurará, para que podamos vivir en su presencia.

Venid: es la misma palabra que Dios utilizaba para decir “Andaré y volveré…” Dios está diciendo, de la misma manera que yo me retiré, me escondí, ahora les llamo a ustedes a que vengan.

En otras palabras, Yo me he retirado, ahora vengan ustedes a mi, vengan a buscarme. No esperen a que yo vaya, que seáis vosotros los que venís a mí, a mi trono, a mi presencia.

Al sentir esa ausencia de Dios, esa aflicción fuese por el propio pecado de no buscarle o por cualquier otro pecado, lo que muchos hemos sentido es el deseo de que Dios se moviera viniendo de nuevo a nosotros, manifestándose, haciéndose sentir. La ausencia de Dios nos hizo estar quietos, en el sentido apático, a estar envueltos en nuestra propia aflicción, desesperación. Pero lo que Dios está diciendo es “Venid, vengan ustedes, no esperen a que yo vaya, muévanse hacia mí.”

Hebreo 4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la graciaEsta invitación de Dios a acercarnos viene del gr prosercomai y denota venir o ir cerca de Dios. Indica adelantarse (Hch 20:5).

Dios está diciendo a Israel por medio de Oseas: Si han pecado, sin han dejado de buscarme y por lo tanto han sentido que me he ausentado, ¡¡vengan a mí!! Dejen de esperar que sea yo quien vaya. ¡Búsquenme con desesperación, con ansias, con urgencias, pero vengan a mí, donde yo estoy!

Y volvamos al Señor: la palabra hebrea para volver es la misma utilizada por Dios anteriormente. Shûb que nos está hablando de volver al punto de partida. Con este énfasis, shûb puede aplicarse específicamente a regresar por un camino ya transitado.

Es lo que ya el profeta Jeremías nos dijo en Jeremías 6:16 Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma.

  • Deténganse en los caminos y miren (NVI); pregunten por los senderos antiguos

Es el mismo mensaje que también Jeremías dio de parte de Dios a Israel en el tiempo de la aflicción: Lamentaciones 5:21 Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos;
Renueva nuestros días como al principio. 

NVI: Permítenos volver a ti, SEÑOR, y volveremos; devuélvenos la gloria de antaño.

Si deseamos restaurar esa comunión de Dios con nosotros, si deseamos acabar con esa ausencia de Dios, de su gloria, de su presencia, ¡¡¡debemos urgentemente volvernos a Él!!! Volver al principio, a las sendas ya andadas de la oración persistente, agonizante, desesperada y apasionada. Al ayuno, a buscarle con arrepentimiento, con un corazón contrito, humillado, y decidido a encontrarle.

NTV: ¡Restáuranos, oh SEÑOR, y haz que regresemos a ti! (grita la NTV) ¡Devuélvenos la alegría que teníamos antes!

La restauración de su presencia, de su comunión, de su gloria en nosotros como personas, como hogares, como Iglesia, como Cuerpo de Cristo está en esto, en que regresemos a Él, a andar por los caminos ya mencionados de la búsqueda apasionada y desesperada, del arrepentimiento, y es allí donde encontraremos según la NTV restauración, alegría, gozo como bien indica el Salmo 16:16 en tu presencia hay plenitud de gozo; (NTV: me concederás la alegría de tu presencia y el placer de vivir contigo para siempre).

Hermanos, iglesia, Dios nos está diciendo no sólo que le busquemos con determinación, con desesperación, con urgencia, sino que nos está diciendo: ¡¡¡Es el tiempo de volvernos a Él, de no esperar a sentirle o no sentirle, de que corramos, nos acerquemos, andemos por los caminos que en otro tiempo ya anduvimos del primer amor, de las primeras obras para encontrar restauración, gozo, y por supuesto la gloria que teníamos antes!!!

Oseas 6:1-2 Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. 2  Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.

El resultado de esta decisión será encontrar en su presencia sanidad. La presencia de Dios como resultado de haberle buscado, de habernos vuelto a Él acudiendo a Él en la forma correcta traerá sanidad en los corazones, en los hogares, en las relaciones y por supuesto en la Iglesia.

Sí, nos sentimos como que se nos arrebató algo, como heridos cuando Dios decidió ausentarse, pero ahora nos sanará, nos vendará y nos dará vida. ¿Sabe cual es la palabra hebrea para vida aquí? Kjaiá: Entre otras definiciones, significa revivir, avivar, infundir, reanimar, vivificar, resucitar.

El resultado de la búsqueda ansiosa y apasionada de Dios en una vuelta a Él por los caminos del primer amor traerá un avivamiento personal en cada uno de ustedes, en la iglesia. Sentiremos como somos reanimados, vivificados y algunos que sentían que su pasión por Dios, su comunión había muerto, sentirán como la pasión resucita, el primer amor resucita, el hambre, la sed vuelve a la vida de nuevo.

Iglesia, Dios está queriendo traer avivamiento personal, congregacional. Dios está queriendo vivificar, infundir un nuevo deseo en su iglesia que haga resucitar el primer amor y la pasión por Él, pero es necesario responder a su llamado: ¡¡Vengan, volvamos al Señor…!! Decidamos correr a Él, decidamos buscarle. Como los discípulos en el camino a Enmaús, cuando Jesús hizo como que pasaba de largo, ¡¡obliguémosle a quedarse!!

El Primer llamado es a buscarle; el Segundo llamado es a Volvernos a Él, a andar por las sendas antiguas con el resultado de un avivamiento personal, congregacional. El tercer llamado lo vemos en el verso 3 Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.

Como dice la NTV: ¡Oh, si conociéramos al SEÑOR! Esforcémonos por conocerlo O como expresa la NVI: Conozcamos al SEÑOR; vayamos tras su conocimiento

El tercer llamado de Dios para nosotros como lo fue para Israel es un llamado a Conocerle de una manera continuada.

 Y conoceremos: Yada: En esencia, yada significa: (1) saber por observación y reflexión, y (2) saber por experiencia.

Yada , dice el dicc Vine,  en su radical intensivo y causativo, se usa para expresar un concepto particular de revelación. Así que este «Conocer a Dios» es tener un íntimo conocimiento práctico de él.

Es lo mismo que declaraba Pablo a los Filipenses Flp 3:10  Quiero conocer a Cristo y experimentar el gran poder que lo levantó de los muertos.(NTV). No sólo quiero conocerle teóricamente, sino experimentarlo.

Iglesia, Dios desea que lo conozcas, pero no de oídas como declaraba Job, sino que puedas verlo, experimentarlo, tener un íntimo y práctico conocimiento de Él.

Dios desea revelarse a tu vida, a tu hogar, a la Iglesia y esto vendrá como resultado de una búsqueda apasionada y urgente de Él andando en los caminos antiguos del primer amor, del arrepentimiento, de la santidad de corazón, de la unidad.

Es el tipo de conocimiento por el cual oraba Pablo y deseaba que tuviéramos de Cristo: un conocimiento del amor de Cristo que excede a todo conocimiento el cual nos hará ser llenos de toda la plenitud de Dios. Ef 3:19

Es como dice la NTV un conocimiento experimentado del amor de Cristo.

Y cuando hayamos experimentado ese amor de Cristo, cuando hayamos conseguido conocer a Dios, no sólo teóricamente sino por medio de experiencias, de revelación de su presencia, de su Persona, cuando podamos decir como Job “ahora mis ojos te ven”, ¿entonces qué? Algunos fallan aquí, se detienen, se relajan, se paran a simplemente disfrutar. Pero el llamado de Dios es: ¡¡¡Prosigan en buscarme!!! No te detengas.

Y conoceremos, y proseguiremos en conocer al Señor: El significado básico del vocablo es «perseguir» o «andar detrás» de alguien hasta alcanzarlo (Gn 14:14-15; 31:23; 1S 16:20; Jos 2:5)

La modalidad intensiva a veces significa perseguir implacable o apasionadamente (Pr 11:19).

Y conoceremos (de una manera experimental) y proseguiremos en conocerle (hasta alcanzarlo)… y vendrá a nosotros como la lluvia… Él nos responderá (NTV)… él habrá de manifestarse; vendrá a nosotros como la lluvia de invierno, como la lluvia de primavera que riega la tierra. (NVI).

CONCLUSIÓN

Oseas 5:15  Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán. 6:1Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. 2  Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él. 3  Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra. 

Hermanos, iglesia, muchos hemos sentido esto, el liderazgo coincidimos en esto, hemos sentido como si Dios se hubiera retirado, como si se hubiera ausentado y lo ha hecho con este propósito, de llevarnos a reconocer, que no le hemos buscado como debíamos, que hemos descuidado el altar personal y congregacional.

La ausencia de su presencia nos ha afligido, nos ha hecho sentir derribados, angustiados, sin fuerzas para continuar en muchas ocasiones, pero Dios está diciéndonos: Busquen mi rostro, vuelvan a mí, caminen en pos de mí, vuelvan a las sendas antiguas, vuelvan al primer amor, vuelvan a mí y serán sanados, serán restaurados, avivados, su pasión por mí resurgirá de nuevo, el primer amor resucitará, llegarán a conocerme como nunca me conocieron, no de oídas, me experimentarán, y cuando lo hayan hecho, continúen, prosigan en buscarme hasta hallarme y yo vendré sobre vosotros como viene la lluvia, no sólo la que está por venir, sino la que hasta ahora había sido retenida.

Dios desea que respondamos en arrepentimiento, en búsqueda sincera. No podemos seguir un día más sin tomar la seria y contundente decisión de buscar su rostro como jamás lo hemos hecho hasta ahora, como iglesia, pero también cada uno en particular en sus hogares, en su familia.

Como Iglesia, como cuerpo de liderazgo, como pastores decidimos buscar al Señor, andar en sus sendas antiguas, recuperar la pasión, el anhelo, el primer amor. Hacer que Dios se revele, se manifieste a nosotros y nos haga conocerle, experimentarle abandonando el pecado, prosiguiendo en pos de Él. ¿Cuántos se unen a este llamado de Dios?

 

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