LA TRANSFORMACIÓN DE MI SOCIEDAD (Rafa Boix)

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Hechos 8:4-8

UNA SOCIEDAD ASENTADA EN TINIEBLAS

Samaria

La visita de Felipe en Samaria nos da algunos detalles de cómo estaba Samaria antes de recibir el Evangelio.

– Había mucha gente que tenía espíritus inmundos

– Había muchos paralíticos y cojos

– Era una ciudad sumergida en las cosas ocultas, la magia, pues todos escuchaban a Simón el Mago, desde el más pequeño hasta el más grande (Hch 8:10)

– Era una ciudad sumergida en tristeza o por lo menos con una falta de gozo o alegría.

Era una ciudad asentada en tinieblas (Mt 4:16), sumergida en el pecado, porque donde hay abundancia de pecado, hay abundancia de espíritus inmundos, demonios y donde hay demonios y pecado no faltan las enfermedades físicas y mentales. Depresiones, matrimonios y familias desestructuradas, rotas, suicidio, violencias, etc.

Una ciudad que desde el más pequeño al más grande escucha a los brujos y busca lo que Dios prohíbe, es una ciudad afectada, en tinieblas, muerta espiritualmente y socialmente.

En medio de toda esta oscuridad espiritual se desata un acontecimiento más, una persecución cristiana, un intento de socavar la moral fundada en los principios Divinos, una persecución contra el Evangelio, contra la adoración a Cristo.

Nuestra Sociedad

Han pasado casi 2000 años desde que esto se escribió y sin embargo, podemos encontrar una gran similitud del estado de Samaria a la situación de Cuenca y del resto de España.

En cualquier ciudad de este país (incluyendo Cuenca) podemos encontrar:

– Una gran cantidad de espíritus inmundos (demonios) que operan en la vida de las personas, de los jóvenes, matrimonios, familias enteras.

– La prueba de esto y el resultado son las enfermedades mentales, físicas y espirituales que los profesionales son incapaces de resolver. Suicidios, perturbaciones, amarguras, depresiones, violencia, corrupción, lascivias, fornicaciones, adulterios, soledad, violaciones, depravación sexual a todos los niveles. Cosas que dejaría espantados a los habitantes de Sodoma y Gomorra.

A esto se le añade la gran cantidad de enfermedades físicas y psicosomáticas de todo tipo.

Ciudades como Cuenca que están sumergidas en la magia, la astrología, la superstición, el ocultismo, el culto a los muertos, la santería, la idolatría y todo tipo de ritos prohibidos por Dios.

Todo esto da como resultado lo que nuestros ojos ven y nuestros oídos oyen a diario: Comunidades sumergidas en el vacío interior, en la soledad, en la amargura, la tristeza, el odio, el rencor, la incredulidad y el rechazo a todo lo que tenga que ver con Dios por sentirse decepcionados con la Iglesia y sus representantes, por una falta de respuestas.

El pecado, la gran actividad demoníaca y la situación espiritual tan grave que sufren nuestras ciudades, nuestro país, está dando como resultado lo que ocurrió en Jerusalén, en Judea y en Samaria, una persecución del Evangelio, de sus principios. Una persecución de la adoración a Cristo, de la predicación Cristocéntrica tan fuerte e intensa que aún en muchas iglesias se está dejando de predicar el Evangelio y a Cristo por no ofender o sufrir el rechazo de la sociedad.

Nuestros líderes políticos están corruptos, son incapaces de ver el plan de Satanás y se mueven como marionetas para cumplir la sentencia de muerte y destrucción que el diablo ha lanzado sobre nuestra sociedad. Leyes que aprueban el aborto y las ideologías de género que pervierten el orden natural de Dios sobre el matrimonio y la familia están siendo las herramientas para acabar con las siguientes generaciones de tal modo que el índice de natalidad se está desplomando a niveles alarmantes.

Samaria es un retrato de Cuenca y de cada ciudad donde Cristo no gobierna.

¿Qué necesita nuestra sociedad? Le diré lo que no necesita primeramente…

Esta situación tan agravante que sufre nuestra ciudad, nuestro país, nuestros vecinos, nuestra sociedad, nuestras propias familias no va a mejorar por manos de médicos, ni psicólogos, ni sociólogos ni políticos.

Pero una Iglesia que ha perdido la esencia, el propósito, la visión de Dios poco puede hacer también.

-Una iglesia entretenida en el pecado, en la ociosidad, en el hedonismo: “que establece el placer como fin y fundamento de la vida,” poco tiene para ofrecer a esta sociedad.

-Una Iglesia con creyentes que buscan su propia felicidad, su comodidad poco tiene para ofrecer a esta sociedad moribunda.

-Una Iglesia donde los creyentes discuten unos con otros por las más mínimas tonterías y se da lugar las murmuraciones y los chismes poco tiene para ofrecer a esta sociedad.

-Creyentes que se lo piensan dos veces a la hora de comprometerse con el Evangelio, con el servicio, con el crecimiento y aún con su propio dinero nada tiene para ofrecer a esta sociedad porque de todo esto ya está la sociedad llena.

La sociedad ya está llena de personas que como dice Pablo a Timoteo  “Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad” (2 Ti 3:5).

 Génesis 13:5-13 y cap 19

Lot representa al creyente que vive en una sociedad corrupta que está bajo las consecuencias del pecado y del juicio de Dios y que no sólo no es capaz de influir en ella para una transformación, sino que además pierde a las personas que tenía a su alrededor. Lot perdió a todos sus pastores, a sus siervos, a sus yernos, perdió a su propia esposa y sus dos hijas que tenía cometieron fornicación con su propio padre dando a luz a dos naciones que serían enemigas de Dios: los moabitas y los amonitas.

Hechos 8:4  Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. 5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; 8 así que había gran gozo en aquella ciudad.

 ¿QUÉ NECESITA NUESTRA SOCIEDAD?

¿Qué necesita nuestra sociedad? Si la situación actual es tan semejante o aún peor que la antigua Samaria, entonces lo que nuestra Sociedad necesita es una comunidad de creyentes semejantes a Felipe.

El verso 5 dice que Felipe al llegar a Samaria predicaba a Cristo.

Creyentes Cristocéntricos

– Necesitamos creyentes Cristocéntricos. Creyentes cuyo centro de su ser, de su familia, de su trabajo, y de todo sea Cristo. No podemos dejar a Cristo a un lado en ningún aspecto de nuestra vida. Como dice Pablo a los Colosenses: sino que Cristo es el todo, y en todos (Col 3:11).

– Cristo le da sentido a mi vida, le da sentido a mi familia, le da sentido a mi trabajo, le da sentido a mis relaciones sociales, le da sentido a todo y separado de Él nada puedo hacer (Juan 15:5).

– Cristo es el fundamento como dice Pablo a los Corintios (1ª Co 3:11).

Felipe, en medio de la prohibición, predicaba a Cristo. En medio de la persecución predicaba a Cristo, en el desierto (Hch 8:26) predicaba a Cristo. Y lo predicaba porque Cristo era el fundamento de toda su vida. Si Cristo es todo para mí, se tiene que notar en todo. Si Cristo cobra importancia para mí solo cuando vengo a la Iglesia, cuando salga de aquí nadie verá a Cristo en mí. Mi familia no verá a Cristo en el Hogar, mis vecinos no verán a Cristo en mi vecindario y mis compañeros de estudio o trabajo no verán a Cristo en mí. Pero si Cristo es todo para mí, Cristo estará en todo lo que haga.

Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús (Col 3:17).

Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. (Col 3:23-24).

 Lo que esta sociedad necesita es a Cristo. Ver a la Iglesia de Cristo en toda su esencia. Esta sociedad necesita encontrarse con creyentes llenos de Cristo porque si Cristo va a ser mostrado u ocultado, será a través de la Iglesia, como dice Pablo a los Colosenses, Cristo en nosotros la esperanza de gloria (Col 1:27).

 6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; 8 así que había gran gozo en aquella ciudad.

Creyentes llenos del poder de Cristo

El verso 6 dice que la gente escuchaba atentamente (sostener la mente, adherirse) las cosas que Felipe decía.

Si queremos que la gente, la sociedad deje de escuchar a los brujos, a los curanderos y dejen de prestar atención a todo lo que Dios prohíbe tenemos que darles una razón para escucharnos a nosotros y a lo que tenemos que decirles.

¿Por qué la sociedad de Samaria escuchaba atentamente a Felipe? Porque Felipe transmitía a Cristo por todos los poros de su cuerpo. Porque Felipe no sólo se propuso conocer a Cristo, sino experimentarlo y darlo a conocer como dice Pablo a los Filipenses: Quiero conocer a Cristo y experimentar el gran poder que lo levantó de los muertos (NTV Filp 3:10).

 Necesitamos creyentes que deseen, anhelen en lo más profundo de su ser, estar llenos de Cristo, mostrar a Cristo, experimentar Cristo de una manera completa, en toda su totalidad y no a medias.

Cristo siendo Dios se hizo carne, vivió entre nosotros, predicó el Evangelio, trajo esperanza, sanó a los enfermos, resucitó a los muertos y capacitó a los creyentes para que continuaran la obra que Él había comenzado. La sociedad no necesita creyentes que creen o viven a medias la vida de Cristo, necesita a creyentes que muestren a un Cristo que está vivo, que sigue sanando, transformando vidas, familias, dando esperanza, que sigue liberando de los demonios y resucitando a los muertos.

Bill Johnson: Si Jesús hizo todos los milagros de sanar, liberar, multiplicar y resucitar a los muertos siendo Dios, todavía es algo que me impresiona, pero yo no podría duplicar. Sería un simple espectador si esa fuese mi misión divina. ¡¡Pero cuando me doy cuenta que Él hizo lo que hizo como un hombre entregado a Dios, entonces me veo obligado a seguirlo, al descubrir que esa es mi verdadera misión!! Y yo nunca podría hacer bien las cosas que Él hizo, pero no puedo quedarme donde estoy,  porque Jesús estableció un estándar para la vida que se puede seguir e imitar.

 Jesús nos comisionó en Mt 28:18-20 habiendo recibido toda potestad en el cielo y en la tierra. Nos envió en la misma manera que Él fue enviado (Jn 20:21); la gloria que Él había recibido nos la entregó a nosotros (Jn 17:22); nos ha hecho sentarnos (espiritualmente) en lugares celestiales junto con Él (Ef 2:6) Pero ¿para qué todo esto? ¿Para salvarnos de la ira de Dios? ¿Para que hagamos fiestas espirituales a puertas cerradas? ¿Para que estemos sufriendo en esta tierra esperando que regrese? ¡¡NO!! Fue para que vivamos la vida que Él vivió porque es lo único que esta sociedad necesita y ahí fuera está la prueba de que no lo estemos experimentando.

UNA SOCIEDAD TRANSFORMADA

6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; 8 así que había gran gozo en aquella ciudad.

Oían y veían las señales que Felipe hacía. Liberaciones de demonios, cadenas rotas, enfermos siendo sanados, familias que comenzaban a ser restauradas porque Felipe era un creyente Cristocéntrico que estaba lleno del poder de Cristo.

Mar 9:17-18  Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron.

 ¿Cuántas veces Jesús habrá tenido que oír las palabras “pero no pudieron”.

Sería de esperar de los psicólogos, médicos, o religiosos, pero no de los verdaderos discípulos de Jesús.

Samaria, la ciudad atribulada por los demonios, por la brujería, por los pecados, por la enfermedad fue transformada en un momento por un creyente lleno del poder de Cristo.

Los demonios comenzaron a salir gritando, la enfermedad fue desafiada y vencida y la amargura de espíritu que caracterizaba a la ciudad se desvaneció del tal manera que Lucas se para a indicar en Hch 8:8 así que había gran gozo (alegría o deleite) en aquella ciudad.

El Reino de Dios se establece en una sociedad en la medida que un creyente lo cree, lo vive y lo experimenta. Ocurrió en cada lugar donde Cristo iba, ocurrió en cada lugar donde los discípulos iban, ocurrió en diferentes países y épocas donde creyentes llenos del Espíritu Santo se movían y ese es el estándar que Cristo estableció para su Iglesia, para todo aquel que se atreva a desafiar su moribunda vida espiritual sin poder ni eficacia.

Mar 9:38 Juan le dijo a Jesús: —Maestro, vimos a alguien usar tu nombre para expulsar demonios, pero le dijimos que no lo hiciera, porque no pertenece a nuestro grupo.

Y esto es urgentemente necesario porque si queremos que el reino de muerte, destrucción y pecado que caracteriza al reino de Satanás se detenga tenemos que traer el Reino de Dios a nuestra sociedad moribunda.

2 Co 10:3-5 dice que estamos en este mundo, pero no luchamos con las armas de este mundo, sino que nuestra armas son espirituales y poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas…

Efe 6:12 dice que nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra toda clase de demonios.

CONCLUSIÓN

Yo quiero desafiar a la Iglesia, al creyente acomodado, al que es capaz de reconocer su necesidad de ser lleno del Poder de Cristo. Quiero desafiarte, incomodarte, de tal manera que quieras, anheles, desees con todo tu ser convertirte en un creyente lleno de Cristo, que busca a Cristo, que vive a Cristo, que experimenta a Cristo y que reproduce a Cristo allí donde va. No para tu propia gloria, sino para la gloria de Cristo y para que esta sociedad pueda ser transformada y liberada del pecado, del diablo y de la sentencia de muerte.

Bill Johnson: Tener una vida sobrenatural es posible, no es algo antinatural, ni tampoco mágico, es solo entender los principios del Reino de Dios, y colocar en nuestras vidas los fundamentos sobrenaturales de un Dios de milagros. De hecho, moverse en la esfera espiritual debería ser una rutina, es parte de lo que Jesús compró por nosotros en la cruz.

La sanidad, la liberación, las señales y maravillas son una herencia para todos los que siguen a Jesucristo. Debemos quitarnos las anteojeras de la limitación religiosa para ver nuestra propia vida cambiada, a los perdidos redimidos y a las comunidades transformadas.

 Te desafío a creer la Biblia, el Evangelio, las palabras de Jesús. Te desafío a creer que Dios quiere usarte. Te desafío a creer que Dios es mucho más de lo que estás experimentado y el Reino de Dios es mucho más que haberte salvado. Te desafío a buscar una relación tan estrecha con Cristo de manera que Cristo esté en tu familia, en tu matrimonio, en tu trabajo, en tus estudios, en tus relaciones, en tus pensamientos, palabras y en todo lo que hagas y donde vayas. Entonces, Cristo será revelado y quienes te rodean transformados.

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