SI QUIERO (Dara Rodríguez)

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Propósito: Llevar a la iglesia a recordar el compromiso que hicieron con Cristo

INTRODUCCIÓN

Dile al que tienes al lado “tienes un compromiso” y ahora dile “y a veces se te olvida”.. Hablando de compromiso, existe el deseo en mi corazón de un día caminar hacia el altar y poder escuchar de la persona que ame “Sí, quiero” creo que estas palabras serán satisfactorias a mis oídos al saber que la persona a la que amo me está diciendo que acepta acompañarme por el resto de su vida y se está comprometiendo a estar conmigo sea cual sea la circunstancia.

Pero creo que no solo será satisfactorio escucharlo, sino también poder decírselo a él. Los que lo hayan experimentado en este lugar podrán dar fe de ello. También soy consciente de que ese día será todo muy bonito pero que esta decisión trae también consigo los días malos. Días de pruebas y dificultades matrimoniales, pero espero poder levantarme cada mañana y bendecir el día en el que decidí decirle SI.

Esto incluye los días de dificultad o incluso los días que no me apetezca ser esposa. Deseo poder recordarme a mí misma que tengo un compromiso con esa persona. Está es una decisión que marca un antes y un después en la vida de aquellos que se atreven a decir SI. Si esto sucede así creo que por el resto de mi vida, recordare el altar cómo el lugar donde mi vida cambió.

El altar, este lugar, es el lugar donde más compromisos se hacen. Es el lugar donde muchos de nosotros tomamos decisiones, y no tiene porqué ser este lugar físico, sino en el altar de tu corazón, donde se encuentra tu voluntad, deseos y donde se dan nuestras decisiones.

Decisiones, de ellas está compuesta la vida y debemos aprender a tomarlas.

Pero tranquilos, hoy no hablaré del noviazgo, ni del matrimonio, aunque bien podría ser un tema de predicación. HOY os hablaré de ese día que tomamos la decisión de decir SI. Tratare de hacer un viaje con vosotros, y llevaros a aquel lugar, momento y tiempo en el que dijisteis SI al Señor. ¿Por qué os hablaba de la satisfacción de escuchar a mi esposo decirme que si? Porque aquel día que escuché que Dios me aceptaba tal y como era y que me amaba, fue lo que sentí, satisfacción. ¿Y por qué la satisfacción de decirle a mi esposo SI, quiero? Porque también fue placentero decirle a mi creador Si, Señor, como no.!! Él es el esposo, nosotros la esposa.

Así que a lo largo de esta predicación tened en mente aquel día donde empezó todo con el amado.  Tú historia de amor.

Acompañarme al libro de Marcos, leeremos en el capítulo 8 versículo 31 en adelante para poder entender el contexto. Cómo vemos el contexto de este pasaje trata sobre el anunciamiento de la muerte de Jesús. Es él mismo el que la está anunciando y en medio de este anuncio llama a la gente y a sus discípulos para hacerles una invitación, una invitación que cómo vemos no es solo para sus discípulos, sino para todo aquel que quiera seguirle. En esta invitación Cristo nos está ofreciendo una cruz, un camino y una corona. Y estos serán nuestros puntos esta mañana.

Después de esta invitación da una enseñanza (v35 – 38) dándonos a entender el motivo por el que hace la invitación. Sin extendernos mucho más nos centraremos en el vrs 34. Mar 8:34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

OTRAS TRADUCCIONES

(DHH) Luego Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y dijo: Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame.

NTV Entonces llamó a la multitud para que se uniera a los discípulos, y dijo: Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz y seguirme.

La invitación a la cruz

Esta invitación puede que no resulte muy normal, puede que resultase un poco extraña para todos los que estaban en ese lugar ya que Cristo los estaba invitando al lugar al que él iba, LA MUERTE. Pero no una muerte literal, ni cualquiera, sino una muerte que traería vida. Incluso para nosotros este puede ser un versículo muy escuchado en el cual creo que no nos hemos parado a meditar demasiado por la misma causa.

Aparentemente no suena muy llamativo, tener que tomar la cruz es señal de una negación continua a nuestro propio “yo”. Algo que hoy sufre demasiado esta sociedad, el egoísmo, egocentrismo, primero yo, después yo y otra vez yo.  Creo que estamos demasiado centrados en nosotros mismos y eso nos ha hecho olvidar que un día dijimos Sí.

Entendamos el peso de esta propuesta, no es pasajera ni momentánea, es una propuesta eterna. El Señor un día te dijo “ven toma la cruz conmigo”. Una propuesta de vida, una invitación a caminar como él y pisar sus huellas ¿Cuántos anhelaron eso el día que dijeron si? Encontramos una propuesta muy parecida en Juan 6 cuando algunos de los seguidores de Cristo le abandonaron y él pregunta a sus discípulos ¿Queréis acaso iros también vosotros? Y Pedro le contesto ¿A dónde iremos si solo tú tienes palabras de vida? Pedro y los discípulos decidieron quedarse con él.

Otro punto a destacar de esta invitación es que una vez que hemos experimentado el estar con el maestro, a Dios como padre y al ES cómo consolador nos hacemos conscientes de que fuera de Dios no hay nada. Solo él tiene lo que necesitamos.

En los versículos anteriores a esta pregunta encontramos a Jesús aclarando a sus discípulos que ninguno puede ir a él si no le fuese dado por el padre. Es decir, el padre pensó en ti y te atrajo hacía su hijo y tu aceptaste a través de la convicción del Espíritu Santo que debías seguirle.

Lo cantamos muchas veces, he decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás, y volvemos atrás continuamente. El centro de todo eres Jesús y nos ponemos nosotros solitos en el centro. Eres el Rey de mi vida, y le damos lo que nos conviene.

APLICACIÓN: Así como Pedro y los discípulos decidieron quedarse con el maestro, tú decidiste un día tomar tu cruz e ir en pos de él, que no se te olvide tu compromiso con Cristo. Que tu conversión no se haya quedado en un evento o en un culto de domingo. No seamos parte de los llamados convencidos, seamos parte de los convertidos.

Un camino

Después del día que tomamos la decisión, nos enfrentamos a un camino (sígame). El camino de esta vida en la que estamos. En él hemos encontrado muchas etapas, situaciones, etc. Pero si hay algo verdaderamente peligroso en este camino no son los baches, no son las etapas, ni si quiera el enemigo. Es encontrarte contigo mismo todos los días. Jesús pide la negación de uno mismo en este caminar, y créeme eso no es fácil.

A veces no caminamos de la forma correcta y la causa es la misma de siempre:

(Hemos olvidado nuestro compromiso) Nuestro compromiso de ser discípulos de Cristo.

En este camino es muy necesario predicarse el evangelio a diario (Ej. Will) si no lo hacemos corremos los riesgos de:

  • Inclinarnos ante las propuestas de la carne
  • Buscar la gloria de los hombres, y no la de Dios
  • Olvidar que hemos sido justificados por Cristo
  • No reconocer su gracia cuando pecamos (abogado tenemos con el padre)
  • Condenarnos nosotros mismos
  • Movernos por emociones
  • Pensar que somos la última Coca-Cola del desierto

Tendemos a quedarnos en el mismo lugar, entramos en una monotonía donde no solo olvidamos el compromiso, sino con quien hemos hecho el compromiso (Cristo). Sí, nos olvidamos de Cristo, nuestro contentamiento comienza a depender de lo que tenemos alrededor y no de él.

Hacemos a un Dios a nuestra imagen y semejanza, a un Dios de la lámpara mágica, un Dios a nuestra manera. Cuando en este camino nos olvidamos de nuestro compromiso, Cristo se queda a un lado, anhelamos las provisiones pero no anhelamos a quien provee, nos aferramos a la vida, pero no al dador de la vida, queremos que las cosas marchen bien pero nos olvidamos de su Ley.

EJEMPLO: Puedo dar fe de lo que estoy hablando esta mañana. Puedo decir que durante este 2016 que hemos dejado atrás, me he olvidado de Cristo muchas veces, mi contentamiento ha dependido de mi situación y no de él, me he sumergido en trabajos y en el día a día y me he olvidado de acudir a su presencia. He tropezado con la misma piedra en muchas ocasiones y he sido débil. He sido capaz de degustar el pecado un sin número de veces aunque después haya sentido nauseas al recordarlo. En otras ocasiones he hecho a Dios a mi manera, le he entregado solo lo que me convenía y lo he llamado cuando me he encontrado en apuros. He olvidado mi llamado a serle fiel con mi compromiso.

APLICACIÓN: HABITAR EN SU PRESENCIA Esto es Lo único que nos hará caminar por este camino de la forma adecuada. Ahora, cuando ya no existe la emoción del primer momento, cuando ya nuestros (SIS) no se encuentran entre sollozos, es ahora, en este caminar, cuando no nos apetece, cuando a veces abandonaríamos, es ahora cuando nos toca recordar y bendecir el día que dijimos SI.

Es ahora cuando nos toca poner de nuestra parte acudiendo a sus pies continuamente (disciplina). Por eso al principio pusimos el ejemplo de la decisión en el altar, una decisión bonita y satisfactoria, que también traería días malos, en los cuales también deberíamos buscar el contentamiento.

(Ej. Pablo)

 Corona

Este punto está basado en la enseñanza que Jesús da en los últimos versículos. Estos son los versículos que nos dan el motivo y la consecuencia del seguir a Cristo con todo.

(vrs 35-38) Bien podríamos añadir a este punto la conclusión de Eclesiastés:

Ecl 12:13 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.

El único fin del Señor al hablarnos de formas aparentemente duras al invitarnos a la negación diaria es que podamos vivir con él eternamente. De nada aprovecha la forma egoísta de vivir del ser humano, cuando lo hacemos sin Cristo. Sin duda este caminar es una prueba diaria, cada día serás enfrentado contigo mismo pero el libro de Santiago dice 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

Esto no quiere decir que estamos con Cristo por la recompensa de salvación, sino porque se ha convertido en nuestra vida, estamos con Cristo por quién es él y por la obra que ha hecho en nosotros. Él es nuestra mayor recompensa.

CONCLUSION

A lo que he querido llevaros con esto es a que a veces nos olvidamos de ese compromiso que hicimos con Cristo. Nos olvidamos de todo lo que conllevaba esa decisión, y no solo nos olvidamos del compromiso, sino de con quien lo hicimos (Cristo). Soy consciente de que por haber dicho en su día (si) no quiere decir que hoy vivamos conforme a ese SI.

Soy consciente de que es fácil desviar la mirada y olvidarse de CRISTO aunque suene fuerte, pero mi único anhelo en esta mañana era que todos pudiésemos viajar a aquel día donde nos abrazamos fuerte al Señor. Deseo con todas mis fuerzas que en esta mañana podamos darle a Cristo el lugar que se merece y volver a renovar nuestro compromiso.

 

 

 

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